domingo, 3 de octubre de 2010

O sole mio



Pensando en el verano que allá por el mes de abril y mayo se aproximaba, creé este jabón. El aceite de oliva está infusionado con urucum, achiote, bixa orellana, etc. Los indios del Amazones lo utilizaban para protegerse del sol y de los mosquitos. El polvo de achiote es muy rico en betacarotenas, 100 veces más que la zanahoria, de ahí su propiedad para preparar la piel para el sol. También tiene propiedades cicatrizantes.


También, entre otros aceites, lleva aceite de zanahoria.


En este jabón he utilizado otro ingrediente nuevo, la leche de quinoa, grano del altiplano peruano y bolivianos con propiedades cosméticas increibles.

Azuki y Jengibre


Como ya os decía en la entrada del jabón de azuki, las judías azuki o sekihan se han utilizado tradicionalmente como exfoliantes y limpiadores cutáneos. Hace más de mil años que las mujeres japonesas se exfoliaban la piel frotándola con bolsas de sea llenas de azuki molido. Estas pequeñas alubias rojizas poseen propiedades depurtivas que ayudan a limpiar la piel a la vez que la nutren y suavizan.

El jengibre es un emoliente natural y ha sido usado en los países del sureste de Asia para tonificar y suavizar la piel especialmente, las mujeres embarazadas de Tailandia se dan masajes en sus vientres con jengibre para que no les salgan estrías. El jengibre, también, es un ingrediente común en los exfoliantes corporales porque incrementa la circulación y caliente el cuerpo.

Esta es la otra versión del jabón de azuki anterior. Quise utilizar azuki de manera masiva, por lo que sólo quería utilizar el gel de alubias, pero no había forma de disolver la sosa allí. Lo deseché, y al día siguiente añadí agua, siempre teniendo en cuanta la proporción, por supuesto, y así salió este maravilloso jabón, su olor picante a jengibre me entusiasma.