martes, 14 de marzo de 2017

Nueva York en Navidad (I Parte)

Sí ya sé que la Navidad terminó hace más de  dos meses, pero quería contar algunas cositas sobre este viaje.


Siempre deseé viajar alguna vez a Nueva York por Navidad. Este año por fin lo he conseguido.

Me imaginaba la ciudad como en las películas, ambiente navideño por todas partes, luces espectaculares, y qué queréis que os diga, me ha decepcionado un poco.


Cierto es que la ciudad se engalana y está preciosa, pero está lleeeeennnnaaaaa de gente, por lo que si quieres visitar lo más turísticos de la ciudad, tienes que armarte de paciencia: tardamos casi media hora, una noche, en atravesar Times Square.


Fotografia de Camila DC. amiga de mi hija

Como era nuestra segunda vez en la Gran Manzana, no hemos visitado aquellos lugares que vimos hace seis años. Esta vez quisimos conocer lo que no pudimos ver la otra vez. Además contábamos con una cicerone de excepción que quería enseñarnos los lugares que ella ha ido conociendo durante los meses que lleva viviendo allí: mi hija mayor.


(Decoración navideña en una comunidad de vecinos en Queens.)


También hemos vivido de cerca las tradiciones navideñas con la ayuda de la Host Family de mi hija.

Con ellos he descubierto que Santa Claus sólo trae tres regalos a los niños, aunque luego veamos regalos los pies de los árboles de Navidad. Se trata de presentes que se intercambian entre todos los miembros de la familia; y que en los calcetines que se cuelgan de la chimenea o escalera, se van introduciendo pequeños regalitos que todo el mundo descubre el día de Navidad. 


No hemos subido a ningún rascacielos, aunque nos quedamos con ganas de ver las vistas desde el One World Trade Center, el más alta de Amérca, con sus 541 metros.

“Este edificio se ha convertido en pocos años en uno de los iconos de la ciudad, con sus 104 plantas. En lo que era un doloroso vacío en la silueta del Lower Manhattan, el One World Trade Center, simboliza el renacimiento, la determinación y resistencia de una ciudad. No es otro rascacielos más, sino un gigante cargado de simbolismo, muy consciente del pasado, pero que también mira al futuro. Es la nueva parada obligada para disfrutar de inolvidables vistas de la ciudad."





Se puede subir a toda velocidad en un ascensor de cristal y disfrutar de las vistas de la ciudad a más de 100 pisos del suelo. Una visita a este edificio también permite descubrir a los obreros que lo construyeron y ver el lecho de roca sobre el cual se alza la torre. También hay un documental en time-lapse que muestra la evolución del perfil urbano de la ciudad desde el siglo XVII hasta hoy.

Con 541 metros, o es solo el edificio más alto de Estados Unidos, sino de todo el hemisferio occidental y el cuarto del mundo, gracias a la aguja que lo corono. El rascacielos alberga la plataforma de observación más alta de la ciudad. …En la planta 100 el viajero puede disfrutar de unas vistas panorámicas de 360 grados desde donde se ven todos los puntos de interés de la ciudad, desde los puentes de Brooklyn y Manhattan hasta la Estatua de la Libertad, el Empire State y los edificios Woolworth y Chrysler."

Pude disfrutar con detenimiento del edicio Flatiron, uno de mis preferidos.




Admiré con más calma mi preferido de todos: el Edificio Chrysler.





También tuve tiempo de recorrer algunos de los mercadillos de Navidad, como el de Union Square (donde me compré un gorro precioso, por cierto) o el de Bryant Park.


 Puesto de cosmética de Union Square

  
Bryant Park


Pista de patinaje en Bryant Park  


Por supuesto pasée por Central Park vacio el día de Nochebuena bajo la lluvia. Me encantó.









Todavía me falta por contar nuestra excursión a Philadelphia y al Condado de Amish. Esto fuera de Nueva York. Nuestra Nochevieja especial y muchos más paseos. Pero eso será en la II Parte.

Espero que os guste este paseo por la Ciudad en la que ahora mismo tengo mi corzón.


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